domingo, 30 de mayo de 2010

Bitácora del Navegante de Pegaso-Día ¿? (Primer mapa. mi mente)

He entrado. La cartografía mental que el ente puso a mi disposición me ha permitido hacerlo. Pero no fue en ningún punto de este universo, sino en una región paralela dentro de mi mente que quiere ser descubierta y explorada en su tamaño real; una medida difícilmente manejable dentro de nuestro limitadísimo cálculo humano. Y es que estoy sorprendido de las dimensiones espaciales y temporales que yacen, sin descubrir, dentro de este cascarón blanquecino en el que se aloja el motor de nuestro pensamiento. He visto fosas cavernosas llenas de retazos, memorias y terrores que nadie podría soportar; he oído y olido fórmulas trasnochadas que, a pesar de lo simples, han sido siempre la clave de nuestra inmortalidad; he paladeado el sabor de la sangre de un billón de especies con las que jamás podré contactar, pero de las que ahora sé casi todo; he copulado con la esencia hermafrodita del navegante, extasiado por la respuesta dada a la gran pregunta. Ahora sí, ahora puedo decir que veo, y si he tenido que esperar eones de tiempo para saber qué se escondía detrás del sucio telón que habían dispuesto delante de nosotros, he de decir que ha valido la pena. No porque sea algo sorprendente, original y  con lo que puedes por fin darle un bocado al nirvana, no..., sino porque es tan  sencillo de entender, que da risa. Sí, siempre estuvo delante de nosotros y no pudimos verlo. Pero, señores, me está absolutamente prohibido plasmar nada en este diario que pueda volver loco a quién lo lea. Es por eso que tendréis que esperar a que encuentre una manera, un método que no acabe con vuestra cordura, para poder vomitar toda la pútrida sabia de ese árbol viejo que es el tiempo. Al final todo empieza y acaba con él, con Cronos y sus ganas de joder. Pero no os impacientéis...todo llega. 

Voy a dormir un rato sobre alguna acolchada neurona que no se haya quemado. ¿Próxima entrada? Cuando el navegante quiera.

Nota: primero polizón, luego navegante, luego...luego no sé.


Sonando en mi nave

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